El ser humano necesita controlar su entorno. Parece de hecho, la única diferencia de la humanidad respecto a todas las demás especies animales. Los objetos creados por el hombre han tenido por otra parte, una tendencia casi pendular entre lo más racional y matemático, y lo más orgánico y natural, incluso intentando fusionar estas dos tendencias en momentos de la historia creativa, buscando el orden en las formas de la naturaleza, buscando los conceptos escondidos tras la matemática universal de lo orgánico.
Pero aún así, los trampantojos creados por el hombre imitando vida, suelen tener formas estáticas, limitando esa sensación vital, y otorgando al ser humano un cierto control sobre su creación. Un paso más allá han dado algunos diseñadores actuales, que decidieron avanzar e imitar incluso el movimiento propio de la vida.
Y así, hemos podido ver alguna creación, en forma de obra artística cinética, que usa el movimiento como medio de expresión. Así, artistas como Theo Jansen o Anthony Howe, dan a sus obras un carácter orgánico, vivo, creando mecanismos de una belleza preciosista, a medio camino entre lo biológico y un juego visual.
http://https://vimeo.com/29105389
Y como ocurre cada cierto tiempo con cada tendencia artística, estas obras van acercándose cada vez más al día a día del individuo, incorporándose a los objetos cotidianos. Y con esto, diseñadores como Choe U-Ram o Studio Drift, entre otros, han creado lámparas de una belleza tan especial como las que hoy os enseñamos en Oblicuo.
No Comments